Autores:
  • Esos minutos dorados antes de estar completamente despierto, cuando tu mente está a la deriva, no tienes censura; estás listo para desarrollar cualquier tipo de idea. Es entonces cuando se me ocurren las mejores y las peores ideas. Ese es el privilegio de ser escritor: que puedes quedarte en la cama una hora por la mañana y ya es hora de trabajar.