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Somos un solo pueblo a pesar de las ostensibles fisuras, grietas y diferencias entre las democracias estadounidense y soviética. Somos un solo pueblo y no nos interesa que Occidente libere a Oriente, porque al hacerlo y al liberar a las naciones esclavizadas, Occidente privaría inevitablemente a los judíos de la mitad oriental de su poder mundial.