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Para entonces ya estaba en Brooklyn y me pasé el verano bebiendo. Lo dejé cuando me harté de eso y conseguí un trabajo en la librería Strand, que era un poco mejor que el de los impuestos.
Para entonces ya estaba en Brooklyn y me pasé el verano bebiendo. Lo dejé cuando me harté de eso y conseguí un trabajo en la librería Strand, que era un poco mejor que el de los impuestos.