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  • Una de las razones por las que puedo ser más tolerante que la mayoría es que, como terapeuta, tengo la ventaja de disponer de información sobre mis pacientes que la mayoría de la gente no conoce. Y descubro que rara vez o nunca vemos la totalidad de otra persona en el trato social ordinario. Cuando un individuo parece mezquino y perezoso, sólo estamos viendo una parte de la persona, provocada por un conjunto particular de circunstancias en un día concreto, y hacemos bien en esperar un poco antes de concluir que lo que vemos es la persona en su totalidad.