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  • Hermosa era la ciudad junto al río curvo que desmantelaron en un año. Hermosa era Colleton en su última primavera mientras arrojaba azaleas como una muchacha que arroja arroz en una boda desesperada. En deslumbrante profusión, Colleton maduró en una gasa de dulces jardines y la ciudad dolió bajo un dosel de prometedora fragancia.

    Pat Conroy (2016). "El gran Santini, Los señores de la disciplina y Prince de mareas: Tres novelas clásicas en una colección", p.1177, Open Road Media.