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  • Un ejemplo que utilizo a menudo para ilustrar la realidad de la vanidad, es el siguiente: mira el pavo real; es hermoso si lo miras de frente. Pero si lo miras por detrás, descubres la verdad... Quien se entrega a esa vanidad ensimismada, esconde en su interior una enorme miseria.

    "'Carrerismo y vanidad: Pecados de la Iglesia'". Entrevista Vatican Insider, www.lastampa.it. 24 de febrero de 2012.