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Definitivamente, estoy en el mercado de los que no molan. Hubo algunas cosas divertidas, como lo de asegurarme de enseñar a la gente que tengo tatuajes y cigarrillos para que sepan que soy un malote. Pero en realidad, ¡tengo tatuajes! Y a veces fumo cigarrillos, y no puedo cambiar eso. Pero no soy un malote, ni mucho menos. Hago algunas cosas que son irónicas y otras que van en serio. Y pueden ser graciosas o serias, y ni yo misma lo sé, porque ese día pueden ser graciosas y al día siguiente totalmente vergonzosas.