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Nunca he olvidado un consejo que me dio mi padre. Nunca pierdas de vista tu sueño", me dijo, "de la persona que quieres ser. Puedes hacerlo realidad, no importa lo alto o lo lejos que estés, si a lo largo de tu vida diaria nunca olvidas quién eres'. Porque el tú-que-tú-eres en este minuto, en este día, está moldeando al tú-que-serás, y cada acción, pensamiento y palabra está dando forma a su entidad". Es bueno", dijo, "mirar hacia adelante y fijar tu mirada en una estrella, si en el camino de tu vida diaria nunca olvidas quién eres".