Autores:
  • Átame, por favor... dijo Chantal. Miraron hacia arriba, hacia unas lianas y raíces que colgaban de la zona cubierta de hierba sobre la depresión del canal en la que se encontraban. Ella estaba en sus manos y tenía que obedecer. Un poco de perversión era uno de los placeres eróticos más deliciosos. Las colegialas católicas solían ser las más cachondas, pero Brett apenas podía contener su euforia.

    Jess C. Scott (2011). “Catholic School Girls Rule”, p.25, jessINK