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El lado extremo de mi personalidad, que decidí mostrar, se estaba convirtiendo en una bola de nieve y adquiría vida propia. Era como mirarme al espejo y no reconocerme.
El lado extremo de mi personalidad, que decidí mostrar, se estaba convirtiendo en una bola de nieve y adquiría vida propia. Era como mirarme al espejo y no reconocerme.