En la era de la información, las barreras [para entrar en la programación] simplemente no existen. Las barreras son autoimpuestas. Si quieres lanzarte a desarrollar algo nuevo y grandioso, no necesitas millones de dólares de capitalización. Necesitas suficiente pizza y Coca-Cola light para meter en la nevera, un PC barato en el que trabajar y la dedicación para llevarlo a cabo. Dormimos en el suelo. Vadeamos ríos.