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Salí de mi carrera de atleta profesional con una puntuación de crédito de 450, sin dinero en el banco para demostrarlo, pero tenía un título de la Ivy League. Así que le di un buen uso a ese título de Dartmouth y conseguí un trabajo en Wall Street. Lo odiaba, pero aproveché el tiempo para hacer contactos y adquirir conocimientos financieros.