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El desierto lleva... un velo de misterio. Inmóvil y silencioso, evoca en nosotros la huidiza insinuación de algo desconocido, incognoscible, a punto de revelarse. Como el desierto no actúa, parece estar esperando, pero ¿esperando qué?
El desierto lleva... un velo de misterio. Inmóvil y silencioso, evoca en nosotros la huidiza insinuación de algo desconocido, incognoscible, a punto de revelarse. Como el desierto no actúa, parece estar esperando, pero ¿esperando qué?