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Una vez en el sueño de una noche me quedé
Sola en la luz de un bosque mágico,
con el alma sumida en visiones que brotaban como amapolas;
Y los espíritus de la Verdad eran los pájaros que cantaban,
Y los espíritus del Amor eran las estrellas que brillaban,
Y espíritus de Paz eran los arroyos que fluían
En aquel bosque mágico en la tierra del sueño.