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No existen las personas aburridas: todo el mundo tiene historias y puntos de vista que merece la pena compartir. Cuando estamos de viaje, dejamos que nuestros teléfonos u ordenadores portátiles ocupen toda nuestra atención. Al hacerlo, podemos perder la oportunidad de aprender y absorber ideas e inspiración de una fuente inesperada: nuestros compañeros de viaje.