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La lección más importante que aprendí... fue que el ganador de un tiroteo solía ser el que se tomaba su tiempo. La segunda fue que, si esperaba vivir en la frontera, evitaría los disparos rimbombantes, como si fuera veneno... En toda mi vida como agente de la paz en la frontera, no conocí a ningún pistolero realmente experto que no sintiera desprecio por el pistolero de pacotilla, o por el hombre que disparaba literalmente desde la cadera.