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En la época de Clinton no había ningún tipo de villano, por eso cuando ocurrió lo de Columbine fue fácil elegirme a mí. Mi cara estaba por todas partes y era buena para la televisión.
En la época de Clinton no había ningún tipo de villano, por eso cuando ocurrió lo de Columbine fue fácil elegirme a mí. Mi cara estaba por todas partes y era buena para la televisión.