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Si lo que te da miedo es hablar con la gente, sal y habla con la gente. Verás que cada vez te resulta más fácil y que no hay nada que temer. Sin embargo, puedo decirte que si dejo de hacerlo durante un mes, empieza a darme miedo otra vez. Así que la forma más fácil de defenderse del miedo es atacarlo, abrazarlo.