-
Incluso si pudiéramos utilizar toda la materia orgánica que tenemos -el estiércol animal, los desechos humanos, los residuos vegetales- y devolverla al suelo, no podríamos alimentar a más de 4.000 millones de personas. Además, si toda la agricultura fuera orgánica, habría que aumentar drásticamente la superficie de cultivo, extendiéndola a zonas marginales y talando millones de hectáreas de bosques.