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Un minuto moviéndose entre los patrones de la belleza y los sueños del amor es más grande y más precioso que una edad llena de esplendor concedida por los débiles a los fuertes.
Un minuto moviéndose entre los patrones de la belleza y los sueños del amor es más grande y más precioso que una edad llena de esplendor concedida por los débiles a los fuertes.