Autores:
  • La elocuencia, para producir todo su efecto, debe partir de la cabeza del orador, como Palas del cerebro de Jove, completamente armada y equipada. La desconfianza, por lo tanto, que es un mentor tan hábil para el escritor, resultaría ser un consejero peligroso para el orador.

    Charles Caleb Colton (1836). “Lacon: Or, Many Things in Few Words, Addressed to Those who Think”, p.71