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  • El camino al cielo es demasiado escarpado, demasiado estrecho para que los hombres bailen y se diviertan. Ningún camino es lo suficientemente grande o liso para las cabriolas, para las damas que saltan, brincan y bailan, sino ese camino ancho, trillado y placentero que conduce al infierno. La puerta del cielo es demasiado estrecha para que entren rondas enteras, tropas enteras de bailarines.