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  • Supongamos que surge entre nosotros una disputa relativa a alguna cuestión importante, ¿no deberíamos recurrir a las Iglesias más antiguas, con las que los apóstoles mantuvieron constantes relaciones, y aprender de ellas lo que es cierto y claro con respecto a la presente cuestión? Pues, ¿cómo sería si los mismos apóstoles no nos hubieran dejado escritos? ¿No sería necesario, en ese caso, seguir el curso de la tradición que ellos transmitieron a aquellos a quienes encomendaron las Iglesias?