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La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave del corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús no sólo con los labios, sino con el corazón. De hecho, en ciertas ocasiones sólo debes hablarle con el corazón.
La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave del corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús no sólo con los labios, sino con el corazón. De hecho, en ciertas ocasiones sólo debes hablarle con el corazón.