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Cuántas veces las bellezas de la naturaleza pasan desapercibidas para el hombre, que, cavilando sobre los males del pasado, cavilando sobre las posibles calamidades del futuro, construyendo castillos en el aire, o envuelto en su propio amor propio y en su propia prepotencia, se olvida de mirar al exterior, o mira con una mirada vacía.