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Tiene que haber un punto en el que arreglemos el sistema para que la inmigración legal sea más fácil que la ilegal y mostremos respeto por la gente, por un chico que puede llevar aquí diez años, que puede ser el mejor de su instituto, y le digamos: no, no, no, no puedes ir a la universidad. Creo que hay un punto en el que nos pasamos de la raya.