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Oh, potencias que escudriñáis el corazón del hombre y sopesáis sus pensamientos más íntimos, si he obrado mal, no me lo imputéis. Los mejores pueden errar, pero vosotros sois buenos.
Oh, potencias que escudriñáis el corazón del hombre y sopesáis sus pensamientos más íntimos, si he obrado mal, no me lo imputéis. Los mejores pueden errar, pero vosotros sois buenos.