-
La mente, el alma, se ennoblece con el empeño de crear algo perfecto, pues Dios es perfección, y quien se esfuerza por alcanzar la perfección se esfuerza por conseguir algo divino.
La mente, el alma, se ennoblece con el empeño de crear algo perfecto, pues Dios es perfección, y quien se esfuerza por alcanzar la perfección se esfuerza por conseguir algo divino.