-
La vivacidad y el brillo de los colores de un paisaje nunca podrán compararse con los de un paisaje natural iluminado por el sol, a menos que el cuadro se coloque en una posición tal que reciba la misma luz del sol que el paisaje.
La vivacidad y el brillo de los colores de un paisaje nunca podrán compararse con los de un paisaje natural iluminado por el sol, a menos que el cuadro se coloque en una posición tal que reciba la misma luz del sol que el paisaje.