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Una mente falsa es falsa en todo, igual que un ojo bizco mira siempre de reojo. Pero uno puede equivocarse una vez, no, cien veces, sin ser de doble ánimo. Nunca puede haber duplicidad mental donde hay sinceridad.
Una mente falsa es falsa en todo, igual que un ojo bizco mira siempre de reojo. Pero uno puede equivocarse una vez, no, cien veces, sin ser de doble ánimo. Nunca puede haber duplicidad mental donde hay sinceridad.