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La verdadera prueba no es si evitas el fracaso, porque no lo harás. Es si dejas que te endurezca o te avergüence hasta la inacción, o si aprendes de él. . .
La verdadera prueba no es si evitas el fracaso, porque no lo harás. Es si dejas que te endurezca o te avergüence hasta la inacción, o si aprendes de él. . .