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Ni en lo que da, ni en lo que no da, ni en el modo de presentación, debe sufrir agravio el rostro despejado de la verdad. Los comentarios son libres, pero los hechos son sagrados.
Ni en lo que da, ni en lo que no da, ni en el modo de presentación, debe sufrir agravio el rostro despejado de la verdad. Los comentarios son libres, pero los hechos son sagrados.