En el campo se ha reunido la idea de un modo de vida natural: de paz, inocencia y virtud sencilla. La ciudad se ha convertido en un centro de aprendizaje, comunicación y luz. También se han desarrollado poderosas asociaciones hostiles: sobre la ciudad como lugar de ruido, mundanalidad y ambición; sobre el campo como lugar de atraso, ignorancia, limitación. El contraste entre campo y ciudad, como formas fundamentales de vida, se remonta a la época clásica.