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Cielos, ¡qué encantador es! Ahora sólo hay en el cielo el suave color vaporoso del cidra pálido - el último reflejo del sol que se sumerge en el azul oscuro de la noche, pasando de tonos verdes a un turquesa pálido de una finura inaudita y una delicadeza fluida bastante indescriptible.