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El nuevo interés de John Kerry por la disciplina fiscal es un ardid político que desafía su historial de 20 años en el Senado y contrasta fuertemente con sus imprudentes y expansivas promesas de nuevo gasto público durante la campaña electoral.
El nuevo interés de John Kerry por la disciplina fiscal es un ardid político que desafía su historial de 20 años en el Senado y contrasta fuertemente con sus imprudentes y expansivas promesas de nuevo gasto público durante la campaña electoral.