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Mira, no sé si Dios existe. No lo sé. Y te digo una cosa, no me asustan mis creencias. Si hay un Dios que me amenaza con la condenación porque no creo en Él, que así sea. He vivido mi vida en conciencia, y sufriré la condenación voluntariamente en conciencia contra un Dios tiránico que me condenaría porque, basándome en la inteligencia que Él me dio, he llegado a una conclusión dudando de Su existencia, y seguiré siendo un escéptico toda mi vida.