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Estoy encantado de que juegues al fútbol. Creo en los deportes rudos y varoniles. Pero no creo en ellos si degeneran en el único fin de la existencia de alguien. No quiero que sacrifiques el éxito en tus estudios por un exceso de atletismo; y no necesito decirte que el carácter cuenta mucho más que el intelecto o el cuerpo para triunfar en la vida. La destreza atlética es un muy buen sirviente, y como tantos otros buenos sirvientes, un muy mal amo.