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Con mucho, el enemigo más peligroso que tenemos que combatir es la apatía, la indiferencia por cualquier causa, no por falta de conocimientos, sino por descuido, por absorción en otras actividades, por un desprecio fruto de la autosatisfacción.
Con mucho, el enemigo más peligroso que tenemos que combatir es la apatía, la indiferencia por cualquier causa, no por falta de conocimientos, sino por descuido, por absorción en otras actividades, por un desprecio fruto de la autosatisfacción.