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Dos jóvenes médicos -uno de Harvard y otro de Dartmouth- me invitaron a ir a La Meca en lugar de mi marido. Y eso fue lo que me ayudó a volver a encarrilarme.
Dos jóvenes médicos -uno de Harvard y otro de Dartmouth- me invitaron a ir a La Meca en lugar de mi marido. Y eso fue lo que me ayudó a volver a encarrilarme.