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Me he dedicado a la arquitectura como un acto sublime de imaginación poética. En consecuencia, sólo soy un símbolo para todos aquellos que han sido tocados por la belleza. Las palabras Belleza, Inspiración, Magia, Hechizo, Encantamiento, así como los conceptos de Serenidad, Silencio, Intimidad y Asombro, todos ellos han anidado en mi alma. Aunque soy plenamente consciente de que no les he hecho toda la justicia en mi trabajo, nunca han dejado de ser mis guías.