Autores:
  • Aquellos que no se opusieron a mí, que estuvieron de acuerdo conmigo, aceptaron todos mis puntos de vista y se rindieron fácilmente a mis opiniones, fueron los que más daño me hicieron y mis peores enemigos, porque, al rendirse a mí tan fácilmente, me animaron a ir demasiado lejos.... Yo era entonces demasiado poderoso para que ningún hombre, excepto yo mismo, pudiera hacerme daño.