La vida espiritual es la verdadera vida; todo lo demás es ilusión y engaño. Sólo los que están apegados sólo a Dios son verdaderamente libres. Sólo los que viven de acuerdo con la luz más elevada viven en armonía. Todos los que actúan según sus motivaciones más elevadas se convierten en un poder para el bien. No es importante que los demás se vean notablemente afectados: nunca se deben buscar ni desear resultados. Sepa que cada cosa
saber que cada cosa buena que haces, cada palabra buena que dices, cada pensamiento positivo que piensas, tiene un buen efecto.