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Una tenue soledad se adentró imperceptiblemente en los campos y él dio media vuelta. Los pájaros gorjeaban extrañamente; algo de viento acariciaba el follaje más alto, volviéndolo todo en una dirección, el camino a casa. Los postes del telégrafo parecían lápices a medio usar; la pequeña cruz del campanario brillaba con una permanencia afilada y torneada.