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Una vez que nos borramos a nosotros mismos, ya no hay borrador. Nunca hubo nadie a quien borrar. Hemos despertado del sueño y el sueño se ha desvanecido.
Una vez que nos borramos a nosotros mismos, ya no hay borrador. Nunca hubo nadie a quien borrar. Hemos despertado del sueño y el sueño se ha desvanecido.