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No estamos hechos para ser vistos como ejemplos perfectos y brillantes de Dios, sino para ser vistos como la esencia cotidiana de la vida ordinaria que exhibe el milagro de Su gracia.
No estamos hechos para ser vistos como ejemplos perfectos y brillantes de Dios, sino para ser vistos como la esencia cotidiana de la vida ordinaria que exhibe el milagro de Su gracia.