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Una historia comunica miedo, esperanza y ansiedad, y como podemos sentirla, recibimos la moraleja no sólo como un concepto, sino como una enseñanza de nuestros corazones. Ese es el poder de la historia.
Una historia comunica miedo, esperanza y ansiedad, y como podemos sentirla, recibimos la moraleja no sólo como un concepto, sino como una enseñanza de nuestros corazones. Ese es el poder de la historia.