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A pesar de su brillante discurso sobre el bienestar de las masas, los métodos y la filosofía del comunismo despojan al hombre de su dignidad y valor, dejándolo como poco más que un engranaje despersonalizado en la rueda siempre giratoria del Estado.
A pesar de su brillante discurso sobre el bienestar de las masas, los métodos y la filosofía del comunismo despojan al hombre de su dignidad y valor, dejándolo como poco más que un engranaje despersonalizado en la rueda siempre giratoria del Estado.