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Los hijos de enfermos mentales aprenden pronto a no molestar, sobre todo si han crecido en un ambiente de abandono. Como insistió una vez mi hermana, cuando sufría un fuerte dolor tras hacerse daño en el tobillo: "¡Yo no soy así! ¡Yo no soy así!
Los hijos de enfermos mentales aprenden pronto a no molestar, sobre todo si han crecido en un ambiente de abandono. Como insistió una vez mi hermana, cuando sufría un fuerte dolor tras hacerse daño en el tobillo: "¡Yo no soy así! ¡Yo no soy así!