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El camino que lleva al cielo es arriesgado, solitario y costoso en este mundo, y pocos están dispuestos a pagar el precio. Seguir a Jesús implica perder la vida y encontrar una vida nueva en Él.
El camino que lleva al cielo es arriesgado, solitario y costoso en este mundo, y pocos están dispuestos a pagar el precio. Seguir a Jesús implica perder la vida y encontrar una vida nueva en Él.