Si Cristo es un fraude, fue uno de los fraudes más peculiares y brillantes al decir que sólo él era el camino, la verdad y la vida. Esta es la importancia de la gracia - algunas personas piensan que simplemente ser amable y no dañar a los demás es moralidad; otros piensan que seguir las reglas y diezmar es moralidad. Pero sin Cristo, todas las creencias morales se reducen en última instancia al único pecado que se opone perpetuamente al concepto de gracia: el intento legal, religioso e inútil del hombre de establecer su propia justicia.